En su habitual micro de salud, el Dr. Daniel Buljubasich destacó que el asma es una enfermedad que ha cobrado mayor relevancia con el tiempo. Según el Dr. Buljubasich, en los últimos años ha habido cambios significativos en el manejo de esta condición, aunque algunos aspectos se mantienen iguales.
El asma es una enfermedad alérgica que provoca el estrechamiento de las vías aéreas, es decir, los bronquios se cierran y no permiten que el aire llegue a los pulmones. Los bronquios son la principal vía de entrada de oxígeno al organismo, por lo que su obstrucción puede complicar gravemente la respiración. Cuando esto ocurre, primero se dificulta respirar y luego se produce un chillido característico, que es diagnóstico del asma.
Una particularidad del asma es que, en ausencia de síntomas, el paciente puede parecer completamente sano hasta que se manifiesta un episodio. En el pasado, los tratamientos eran limitados, consistiendo principalmente en broncodilatadores y corticoides.
Sin embargo, en tiempos recientes han surgido numerosos tratamientos que primero apuntaron a controlar el asma y luego a intentar controlarlo totalmente. Aunque aún no se ha logrado un control total para todos los asmáticos, se ha avanzado significativamente. Según el Dr. Buljubasich, la falta de éxito total se debe a veces a la medicación y otras veces a la conducta del asmático, quien al sentirse bien puede erróneamente abandonar los tratamientos.
Además, se ha desarrollado una nueva línea de tratamientos para el asma de difícil control. Desde el punto de vista farmacológico, se está cerca de un control total del asma. No obstante, persiste cierto estigma asociado con la enfermedad. Ser asmático aún conlleva una carga emocional y psicológica, y las personas intentan suavizar el diagnóstico reemplazando el término «asma» por «espasmo».
El asma implica cronicidad y, por consiguiente, la importancia de no abandonar los tratamientos. El objetivo es promover la idea de que el asma es una enfermedad común y que, con el tratamiento adecuado, se puede llevar una vida normal. De hecho, hay atletas de élite que son asmáticos y se desempeñan de manera excelente.